Y esto parece ser un pecado para algunas personas.
Cuando terminé la secundaria, mi mamá no tenía medios para costearme mi educación, un tío se ofreció a ayudarme con dos condiciones, me olvidaba de mis planes de estudiar la preparatoria, iba a estudiar una carrera técnica, y a ser nana de su hijo cada vez que su esposa lo necesitara.
La escuela, era medio patito, nunca termine de estudiar, lo que aprendí es obsoleto desde hace como 15 años y jamás recibi un título o algo que comprobara el tiempo que perdí en esa escuela.
Al salir estaba preparada para hacer nada y a eso me dedique, me sentía desdichada por mi fracaso. Luego a los 20 años, le rogué a mi madre, apoyo, haría cualquier sacrificio, al fin terminé en una escuela que se llama CECyTEG, donde estudie una carrera técnica, el famoso bachillerato tecnológico. Pase 3 maravillosos años, aprendí muchísimo.
El 21 de Marzo del año 2000, sufrí de un dolor muy fuerte en el lado derecho del abdomen, casi no podía respirar, me hospitalizaron esa tarde, yo lloraba, pues al día siguiente tenía el compromiso de presentarme en un concurso estatal de Biología, tenía en mi récord, un cuarto lugar, un segundo lugar del año anterior y este año iba por el primero. Al fin me dieron de alta y al siguiente día pude disfrutar de las mieles de la gloria, del aturdimiento al escuchar mi nombre, los aplausos, el calor, la gente, fue grandioso.
Luego llego Mayo, los episodios de dolor eran cada vez mas frecuentes e intensos. Un día ya no pudieron quitarme el dolor, con gran sorpresa me entere de que tenía piedras en la vesicula, era urgente extiparla, a mis 23 años, me ingresaron de urgencia en el IMSS de Celaya, me colocaron una sonda nasogástrica, una tortura que lleve por varios días, en ayuno total, esperé con mucho miedo el día de mi operación.
Me extirparon la vesícula, un 29 de Mayo, recuerdo que no había camillas, me llevaron a una especie de sala de espera, y me dejaron sentada en una escalerita, al rato iba yo rumbo al quirófano, descalza y temerosa. Me da risa recordar que llegué ahi por mi propio pie. Recuerdo estar en el quirófano, acostada con los ojos cerrados, apreciando cada vista, cada sonido, pregúntandome si serian los últimos.
La operación fue complicada, y la recuperación larga y dolorosa. 12 días de ayuno, la sonda, la cirugía, el abandono de la escuela, perder mi rutina. Toda mi vida se venía abajo y yo no tenía ni fuerzas ni animo para caminar.
Después vinieron mas complicaciones, endoscopias en León, una pancreatitis que casi me lleva, anestesias, hospitales, dolor...
Luego todo pareció volver a la normalidad. Mi ultima endoscopía, la hizo un médico particular, y todo quedó bien.
Había perdido todo el horizonte, agradecida, que al menos logre salvar mi ultimo semestre. Empecé a dar prácticas profesionales, mi trabajo gusto y me invitaron a unirme a la empresa como personal eventual, casi al finalizar mi contrato, me dijeron que no podian ofrecerme algo fijo y les di las gracias, emocionada de empezar una nueva fase en mi vida. Al mes de no encontrar trabajo, recibí una oferta de la misma empresa, pero esta vez me llevaban a la Ciudad de Lagos de Moreno, acepté sin pensar y vivi grandes experiencias.
Al final, la nostalgia por el nido materno le gano a el hambre por nuevas experiencias. Regresé a casa, enferma, nuevamente aquejada por piedras en las vias biliares. Luego de otro roce con la muerte, y casi curada, acepté un trabajo mediocre cerca de mi casa, siempre he dicho, que lo que yo hacia alli, cualquier mono bien entrenado podia hacerlo.
Ahi conoci a un tipo que me movio el tapete muy fuerte, me embarazé al poco tiempo, la relación termino y en 2005 me convertí en la mamá de Emilio.
Casi al año de nacido mi hijo, nuevamente me ofrecieron trabajo en la primera empresa que trabajé, donde sigo hasta hoy en día.
Muchas cosas han cambiado hoy en día, aunque en la planta somos 50-50 ingenieros y técnicos, me ha tocado trabajar con personas que consideran insoportable, que alguien que no estudio tanto como ellos, tenga el mismo salario. Recuerdo claramente, allá en Lagos, cuando mi jefe, me dijo frente a mis dos compañeras, que yo tenía mas capacidad y sentido de la responsabilidad que ellas dos, siendo ingenieras tituladas.
En la planta he sufrido a veces el desprecio de algunos compañeros, no se diga si son egresados del TEC, asi como, "no sé demonios haces aqui".
No puedo negar lo que soy, ni tampoco que ambiciono obtener un titulo profesional algun dia.
De momento, me dedico a mis bodoques, que para estudiar tengo de limite, de aqui al cielo.